Hola, ¿te acuerdas de mí? Soy yo, aquel al que un día quisiste. Sólo quería saludarte y ver qué tal te van las cosas, cómo has llevado este tiempo desde que nuestro camino ya no es el mismo. Me gustaría que quedáramos a tomar algo y no sé, quizá volver a hablar más amenudo y, en fin, llevarnos bien. Sé que la distancia no es amiga, pero nunca lo fue al fin y al cabo, ¿no? Y si no te apetece pues nada, quizá algún día nos encontremos y podamos saludarnos.
He estado pensando en aquellas tardes esperándote para hablar durante hora, ¿te acuerdas? Hay que ver cómo has cambiado desde entonces... Digo que has cambiado por que a mí me sigue gustando hablar contigo y, insisto, saber qué tal te va.
También pienso en los muchos euros de factura de teléfono del mes de abril, y ahora por primera vez pienso si ha merecido la pena. Por que quizá no lo haya merecido. Por primera vez pienso que quizá no hayas sido lo mejor que me ha pasado en la vida, o como tú una vez dijiste: "Nunca nos deberíamos haber conocido". He de reconocer que aún me duelen estas palabras y me gustaría saber si de verdad piensas eso.
Con todo esto te echo de menos, muchísimo. Y cuando recuerdo nuestro esperado encuentro no puedo evitar sonreir. Porque quién sabe, quizá sí que has sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Porque nunca me he alegrado tanto de tener una cama tan pequeña, ni he preferido estar despierto que dormido, porque nunca me había pasado que ningún sueño que pudiera tener pudiera superar la realidad. Porque aún me derrito cuando veo tus ojos.
It's happening again.
No hay comentarios:
Publicar un comentario